domingo, 23 de mayo de 2010

Veamos....hoy me he despertado bastante clara clarinete

Voy a hablar, por ejemplo, de Freud.
Nunca ha sido santo de mi devoción, eso por delante. Reconozco sus méritos, pero a fuerza de estudiarlo (no demasiado, la verdad) he reconocido que la visión que tiene Freud del ser humano es básicamente patológica, aunque en muchos casos acierte en cosas.
Hablemos ahora de los griegos.
¡Grecia! Ese gran abrevadero que tenemos a nuestra disposición, las bases de nuestra cultura (que básicamente está degenerada, pero vamos......a muerte).
Los griegos distinguían entre Eros y Ágape.
Los dos términos se refieren al amor, pero hay una gran diferencia entre los dos.
Eros se refiere al amor carnal, o a lo que tiene que ver con la libido.
Ágape es sin embargo el amor espiritual, el que tiene que ver con el desarrollo del alma, y donde brilla como flor especial la compasión.
Eros es el inicio. La evolución lleva a Ágape.
Ágape es la meta. En Ágape todo se metamorfosea, se transforma, y el humano que llega al estadio de Ágape bebe de la ambrosía de los dioses. Ágape es amor en estado puro.
¿Significa por ello que Eros es desechable, por ejemplo?
En modo alguno: para el desarrollo de Ágape es imprescindible pasar por Eros, y trascenderlo.
He dicho trascenderlo: no es únicamente dejar pasar, sino probar tanto Eros que ya no satisfaga, y entonces entrar en otro estadio más elevado.
Y no es que cuando se entra en Ágape, Eros deje de existir.
Hablemos ahora de Ken Wilber.
Ken Wilber es, posiblemente, el filósofo contemporáneo más locuaz, más lúcido y mejor informado de todos los que ahora existen. Él llega a la conclusión (lo mismo que muchos otros investigadores de otras ramas, como la física cuántica, la psicología transpersonal, etc.) de que la realidad es holográfica, y no hilográfica, como nos han contado.
La propiedad del holón (para más información, recomiendo la lectura de "Breve historia de todas las cosas" o "Una teoría de todo") es la de incluir y transcender a otros órdenes evolutivos inferiores (entiéndase por inferior algo que en jerarquía está por debajo como sistema de organización). Por ejemplo: una molécula incluye y transciende a los átomos, una célula incluye y transciende a las moléculas, un órgano incluye y transciende a la molécula, y todo esto ad infinitum. O sea: que nada está separado de nada. Y cada sistema más elevado que el anterior tiene su propio orden, su propio esquema de funcionamiento. Un átomo tiene sus leyes. Pero una célula tiene sus propias leyes. Y un organismo tiene las propias. Y así ad infinitum.
Esta es más o menos una explicación somera de lo que es un holón.
Básicamente, Ágape es un holón superior a Eros: incluye y transciende a Eros. Y además tiene una forma más elevada de funcionamiento, con otras leyes.
La ley de funcionamiento tiene en base un estado de conciencia más elevado.
Volvamos a Freud.
Freud describe un triángulo básico en la personalidad de un humano, y determina por su adecuado equilibrio la salud mental de dicha persona.
Ese triángulo básico está formado por el ego, el super-yo y el yo.
Según él, todos estos elementos tienen que estar en armonía entre sí, o si no, se produciría la enfermedad.
Si hay, por ejemplo, una desproporción del super-yo, se puede dar histerias, depresiones, actitudes compulsivas, etc.
El super-yo es la estructura crítica del individuo. Si supera ciertos límites (aquellos que manda el sentido común, es decir: la sensatez) se puede producir una patología, como un grave sentimiento de culpa, por ejemplo, que desencadenaría otras enfermedades. También puede llevar a actitudes tiránicas basadas en el autoritarismo. El super-yo son reglas externas que hemos interiorizado.
¿Y el ego? ¿Qué pasa con el ego?
El ego se puede explicar de muchas formas. Básicamente es orgullo. No es amor propio, sino orgullo.
Una estructura que tenga un desarrollo anormal del ego puede conducir perfectamente al narcisismo.
El egoísmo es básicamente colocar al ego por delante del yo.
El yo. ¿Qué es el yo?
El yo es nuestro ser esencial.
Hay mucha confusión hoy en día (hoy en día sobre todo...de forma apabullante además) respecto al yo y al ego. El ego no es el yo. Básicamente se puede decir que el ego sabotea constantemente al yo esencial.
Aquí difiero con Freud. Alguien que vaya cultivando su yo esencial se libera de todo sufrimiento.
Es una visión que comparten, por ejemplo, los budistas.
Hablemos de Nietszche. Él habla del súper hombre. Según él, el super hombre ha logrado matar al padre y a la madre. ¿Qué significa esto?
Hablemos de Erich Fromm. Erich Fromm (psiquiatra) reconoce que la madurez y la estabilidad en una persona, (en suma: la felicidad), el autogobierno, se produce cuando la conciencia materna y la conciencia paterna se hallan presentes en el individuo, pero de forma que sea el propio individuo quien las produzca, de forma productiva....Es decir: cuando las ideas, concepciones, esquemas, etc., se produzcan en la propia individualidad de esa persona, que sea ella el auriga del carro de Platón. Que no le guíen concepciones ajenas a él, sino que haya llegado a un estadio de desarrollo óptimo, y que sea él, con la razón y a la luz de su propia conciencia el que de salida creativa y productiva (no pasiva) a sus propias concepciones. La conciencia materna de esa persona le diría al individuo: hagas lo que hagas, te seguiré amando. Te amaré siempre. La conciencia paterna de esa persona le diría al individuo: esto que has hecho está mal. Si quieres que te siga queriendo, tienes que rectificar. Así se produce el desarrollo evolutivo de una persona. Pero no es ni el padre ni la madre los que dictan esas normas, sino el propio individuo.
Ese es el camino para Ágape.
Esta es función del yo esencial.
Es un error (muy grave, además) considerar que es función del ego.
No se trata de "hacer lo que me salga de los cojones", sino de hacer aquello que has de hacer. Evidentemente, por ejemplo, en lo que has de hacer se incluye el amor hacia uno mismo, y buscar la posibilidad de ser tú mismo, que es la máxima libertad a la que se puede llegar.
Pero para eso, se requiere coraje. Una de las cosas que hay que vencer en ese proceso es al mismo ego. El ego tiene mucho de "¿qué pensarán los demás de mí si hago esto o lo otro?".
Creo que mientras no se haga daño a nadie (daño de verdad. Ofender al ego de otro no es hacer daño, pero claro, primero tienes que saber diferenciar qué es una cosa y qué es otra), uno debe, tiene la obligación de ser libre. Y punto. Es una cuestión de elección, pero creo que este mundo sólo andará bien cuando cada hijo de vecino apueste por sí mismo y su propia felicidad. Así que sí: es nuestra obligación. Es la única obligación que realmente existe en la vida: BUSCAR LA FELICIDAD. Y serlo. Luchar, tanto como sea necesario, y llegar a ser lo que somos en realidad: Ágape, conciencia pura, equidad, amor y sabiduría. FELICIDAD.
Y quien no lo haga, para él hace.
Y para los demás.

¿Qué pasa en esta sociedad?
Esta sociedad alienta al ego Así nos va. Si hay una desproporción de algún elemento....¿Qué se produce?
Sí, bingo: la enfermedad.
¿Y qué pasa cuando la enfermedad está tan extendida porque es carne de masas?
Efectivamente, queridos míos: la enfermedad pasa a considerarse como lo "normal", porque ya nadie es consciente de la enfermedad por hallarse tan tipificada. O sea: que lo que hoy llaman "normalidad" es enfermedad. LO QUE HOY LLAMAN "SALUD" ES ENFERMEDAD.
Pues queridos míos, un consejo: aténse los machos, que llegan curvas.

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