sábado, 1 de mayo de 2010

El gran tabú de Occidente

Me declaro enemiga de la dinámica autodestructiva de esta sociedad, y ante todo de su minoría de edad, cada vez más alarmante.
Siempre en Occidente se ha tenido pánico a la muerte.
Occidente vive en una nube. Vive en la mentira. Nadie parece entender (una cosa es saber que eso va a pasar, otra muy distinta actuar en consecuencia) que la muerte es una parte fundamental de la vida, la más importante junto con el nacimiento.
No es de extrañar entonces que Occidente esté siempre en un sempiterno vagabundeo en la minoría de edad, PORQUE NO QUIERE CRECER.
Occidente es gugu-tata. No mamá: no quiero que eso exista, así que hago todos los esfuerzos (¿?) para que no exista.
Occidente ha olvidado a Dios (ponedle el nombre que queráis: Tao, Absoluto, Infinitud, Energía del Kosmos: un Algo que nos supera a todos y que nos contiene a su vez. Algo más elevado que está por encima de cualquier otra cosa, que está Más Allá de cualquier otra cosa. Trascendencia: he ahí la clave) porque cree, en sus sueños pueriles, que ha vencido a la muerte, NEGÁNDOLA (menuda gilipollez). Se da la espalda a la muerte, se actúa como si no existiese, como si fuésemos inmortales.
Cuando se produce un escape de la realidad, estamos comenzando el camino que más directamente nos lleva a la locura. La demencia es enajenación de la realidad, es decir: crear otra realidad totalmente distinta a la realidad que ES, y vivir en esa fantasía.
Occidente es una fantasía.
Se empeñan continuamente en que explotemos el lado “positivo” de la vida, y nos olvidemos de lo difícil. Lo difícil para Occidente es lo negativo. No es de extrañar que Occidente, ante todo, persiga como sueño el Estado de Bienestar, es decir: el Estado de la Comodidad.
Muy bien, esto va para los enterados: ¿es la vida cómoda?
Me pregunto. No sé: yo he comprobado, en mi historia vital que no es así.
¿Es así? ¿La vida es cómoda?
La vida es una escuela: venimos para crecer, no para involucionar, que es lo que quiere, y a lo que te obliga Occidente. Y si te pones profundo, ya tienes a cuatro gilipollas alrededor para decirte: piensas demasiado.
No habré oído veces esta frase. Es una frase de gilipollas. Y la respuesta es: no es que yo piense demasiado: es que tú no lo haces. Porque tienes miedo de lo que te vayas a encontrar. Y porque eres un perezoso de cojones que quiere que la vida sea un cuentecito para dormir a niños. Claro que es incómodo pensar, reflexionar en la muerte. Pero la solución, queridos míos, no es huir de lo que es incómodo. Eso del esfuerzo (el esfuerzo, que ahora tan mala prensa tiene en este puto estado del bienestar (o de los berrinches de niño. Yo prefiero llamarlo de esta forma)), la perseverancia, el coraje, la valentía, eso de crecer como seres humanos, de evolucionar, de convertirnos en algo más elevado que una estúpida máquina de comer, follar, consumir y quejarse una y otra vez de absolutamente todo (DE TODO. PORQUE TODO NOS PARECE INSUFICIENTE). La queja en Occidente es la bandera oficial. Y la queja es únicamente, lo recuerdo, para los que sufren una injusticia, no para cuatro gilipuertas que no han pasado de los seis años, y encima no quieren moverse de ahí….a la mierda los infantiloides de los cojones!!!(Zapatero es gilipollas. Esto porque sí. Tiene más relación de la que parece. Me parece que es de lo peor que ha habido nunca en política. Lo mismo se queda en su casa fregando platos y logra ser más eficiente. Ya hablaré del pavo este, que encima se piensa que lo está haciendo de la hostia y se ufana (¿¿¿¿?????) de ello. Me mata, de verdad)
En la vida se sufre, se ama, se nace, se muere, y si de verdad estás vivo (y no agilipollado) aprendes, y mucho. Todo lo que quieres aprender está en la vida (y no en la puta universidad o en el puto temario de las oposiciones para profesor de secundaria, que es lo que la gente piensa que es conocimiento. Minoría de edad, claro. Todas las deducciones a las que llega la minoría de edad son, como mínimo, absurdas y tontas (porque son cosas de críos!!! No estoy hablando de los niños. Los niños son mucho más sabios de lo que creemos). Y lo peor, encima, es que la peña se las cree. Y odian ni siquiera plantearse que tal vez todo no sea así…..¡Vaya! Miedo a la libertad, miedo a la vida, miedo a la muerte…..Occidente).
Yo siempre he sido buena amiga de la muerte, o más bien, ha sido desde siempre buena amiga mía. ¿Quieres dejar de temer algo? Pues ya sabes. La muerte es tan solo una etapa más, la última aquí, y no hay que temerla. Al contrario. Cuando la muerte se convierte en tu amiga, tu vida se convierte realmente en VIDA. No necesitamos nada para vivir: venimos completos, tenemos a la muerte en el horizonte.
Sánchez Dragó dice: La muerte es un seguro de vida.
Y es verdad.
¿Quieres descubrir los mil colores de esta vida? Deja de temer a la muerte, y ella se convertirá en tu mejor amiga, porque te enseñará a vivir. A vivir. Y vivir no es tener un puesto de trabajo de la hostia o ser funcionario. Vivir es ESTAR VIVO, y sentirte vivo.
Y eso casi nadie aquí lo ha experimentado. Si no, otro gallo nos cantaría.
Lo que está de moda es sobrevivir (en el peor de los sentidos) y encima, adornarlo todo con confeti, una vida de mierda, morbosa, sin consistencia, falsa, con completa ausencia de autenticidad y realismo (el realismo no es saber cómo ha quedado el Madrid o qué está haciendo la pájara de Fernández de la Vega, ese pajarraco), para que encima quede bonito….
¡y la peña se lo cree!
Joder. ¿Quiere saber usted sobre la estupidez humana y la imbecilidad en masa?
No se preocupe: tengo vuelos directos a Occidente.
Y después de hablar así, siempre llega algún gilipollas con la consabida frase: “tienes que divertirte más”.
Ya. Lo mismo a ti lo que te conviene es arrancarte la cabeza y probar con otra distinta, ¿no?
Vamos a contar mentiras, tranlará, vamos a contar mentiras…
Lo que me recomiendan, en suma, es: ven aquí, a nuestra nube de algodón con confeti, y serás más feliz. ¿Estás seguro de eso?
Ten una de esas cosas que la psicología tradicional llama “regresión del Yo”, hazte una infantiloide como nosotros, y deja de pensar en lo que es la vida (ese milagro que es la vida, que está lleno de riqueza, y de amor, y de color) para empezar a pensar qué politono te bajas en esta semana. Ya. Perfecto. Maravilloso. Es estupendo.
¿De verdad que sí? ¿Qué eso es lo que tengo que hacer?
¿De verdad?
¿A ninguno se les ocurre pensar que en realidad no hay mayor disfrute que vivir la vida al máximo (aclaro: fundirte con la vida y con todo lo que hay en ella: dolor, amor, sufrimiento, decepción, sabiduría…No sólo el lado “bonito” (salir de marcha)?
Lo que quieren es, básicamente, no tener que salir nunca de esa nubecita.
Ya.
No es que te preocupe yo: te preocupas tú (innecesariamente, porque la vida es un Edén, a pesar de todo lo que tiene, o más bien por eso mismo) por tu extremo pánico a vivir.
Y a morir, claro.

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