viernes, 30 de abril de 2010

El temperamento bilioso está de moda

Empiezo describiendo qué es eso de los temperamentos. Hay muchas clasificaciones al respecto. Esta en particular es de Hipócrates, y se sigue utilizando. La clasificación de los temperamentos es una herramienta eficaz para explicarse a uno mismo. Hay una infinidad de caracteres, tantos como seres vivos, pero responden más o menos a cuatro temperamentos principales. Explico esto: el temperamento es nuestro disco duro: venimos con él cuando nacemos. El carácter es el temperamento y lo que hacemos con él, cómo lo desarrollamos. Así que no es lo mismo carácter que temperamento.
Para ser más exacta, consulto a Mauricio Xandró, que es psicólogo experto en grafología. Explica lo siguiente:
Temperamento es lo innato: el modo de ser que tenemos constitucionalmente producido por la herencia (yo juego con la idea del Karma).
Más claramente, nacemos de un temperamento determinado y las distribuciones clásicas son cuatro: bilioso, sanguíneo, nervioso y linfático.
Se basan en la actividad y la emotividad:

Emotivo-activo=bilioso
Activo-no emotivo=sanguíneo
Emotivo-no activo= nervioso
No emotivo-no activo= linfático

Modernamente se duda con razón de lo innato de los temperamentos clásicos hipocráticos. Los estudios de Jung y Heymans-Le Senne, puramente caracteriológicos, se basan en las mismas raíces de Hipócrates, uniendo un elemento nuevo, la actitud vital según Jung, la resonancia según Le Senne.

Veamos seguidamente la descripción clásica de los cuatro temperamentos:

El bilioso

El temperamento bilioso es emotivo-activo, quiere con fuerza y acomete la actividad con tesón.
Sus características buenas son: el empuje y la decisión, el coraje y la tenacidad. Normalmente posee dotes de mando, y si se decide a ser buena persona llega a insospechados terrenos de santidad. Tal es el caso de San Ignacio de Loyola.
Son extremistas y enemigos de las medias tintas, o santos o diablos. Cualquier ofensa recibida no se olvida fácilmente; en algunos casos durará el rencor toda la vida.
Si les da por el juego se arruinarán antes de volverse atrás.
Bien aprovechado es el mejor temperamento, pero abandonado es propio del clásico bandolero audaz y atrevido.
Se caracteriza este temperamento por su altivez y crueldad.
La mirada del bilioso es ardiente, enérgica, firme y resuelta.
Su andar es seguro, decidido y rápido.
Equivale al Pensar de la tipología de Jung.
Es un ser irradiante y ponderado, en el que se mezcla la emotividad y la actividad.

Su aspecto físico:
Generalmente suele ser delgado o musculoso. Sobre todo llama la atención su mirada penetrante y desafiante, que difícilmente se olvida. Mantiene la mirada y no se humilla ante nadie. Algunos autores dicen que su mirada hace daño. Para mí (estoy transcribiendo a Mauricio Xandró), la forma más sencilla de identificar a un bilioso es gracias a su mirada.

Su carácter:
Destaca, tal vez por su carácter tremendamente individualista. Líder nato, arrastra multitudes. Enemigo de las medias tintas, se consagra en cuerpo y alma a las tareas que emprende, que realiza con firmeza y empuje. Es arrollador en el trabajo y en la amistad. De gran rapidez para tomar decisiones, muy exigente con los demás, y consigo mismo. Su personalidad, que hemos calificado de irradiante, le lleva a imponerse a los demás, a dirigir a los otros, y si no le es posible, se rebela contra lo establecido, porque él no se somete a yugos ajenos.
Es también aventurero y explorador de todo.

En resumen: líder nato, tremendamente individualista, con gran actividad y aglutinador de esfuerzos. Destaca en lo que haga.

Antes de seguir describiendo los demás temperamentos, quiero decir que yo soy biliosa-sanguínea, pero con una preponderancia del 40% del temperamento bilioso.

Sigo con la descripción que Mauricio Xandró hace del temperamento sanguíneo.

El temperamento sanguíneo es activo- no emotivo.
Se caracteriza por su espíritu de acción y frialdad de sentimientos (esto, ¡ojo!, no quiere decir que sea un psicópata. Esta nota es mía).
En este temperamento se encuentran los hombres realizadores y prácticos, responsables y activos.
Sus buenas cualidades son: la actividad, el trabajo metódico y la facilidad para la crítica, claridad y reflexión.
Su parte mala puede ser la frialdad y el materialismo superficial.
Generalmente se aprecian en él la tranquilidad, y su mirada es despreocupada, alegre y serena.
El andar es ágil. La característica más acusada del sanguíneo es la realización y es despego o frialdad. Sus enfados son fuertes y rápidos, pero no duraderos.
Gran coincidencia con el sentir junguiano.
Destaca por su actividad. Es ágil y preciso en los movimientos. Fácil relación con los otros. Apto para las relaciones pública, ventas...

Su aspecto físico:
Puede ser musculoso, bien grueso. El rostro es ancho y sonrosado. Destacan, por tanto, sus músculos y a veces, como se ha dicho, sus grasas.

Su carácter:

Es persona abierta y comunicativa, altamente sociable y amistosa. Anima a conversar con él su tranquilidad, su reposo, y también su buen humor. Sus movimientos son ágiles y precisos. Es independiente en su actividad y amante, como hemos dicho, de relacionarse con los demás y, por lo mismo, apto para las ventas, las relaciones públicas y, en general, todo lo que sea comunicación con los demás. Entre los sanguíneos hay médicos famosos, pintores, jefes de empresa, altos ejecutivos...
Conviene resaltar además que es vanidoso y engreído, porque se asienta en unas sólidas bases narcisistas. Sibarita y un tanto dado a los placeres en general y lo sensual-sexual en particular.
En resumen:
Personalidad vital, activa o móvil, presuntuosa y también, al mismo tiempo, competente en su trabajo.

El nervioso

Es emotivo -no activo. Es el temperamento más fácilmente identificado y se caracteriza por la desigualdad de reacciones, la influencia de los acontecimientos externos, la excitabilidad y la seriedad.
Generalmente, el nervioso vive de sueños y es dado a la poesía y a la música.
Su vida preponderante es la emotiva, goza y sufre por impresiones.
Es inconstante y su vida se desarrolla en los espacios siderales y fuera de toda realidad.
Su mirada es triste y preocupada. El paso es variable y torpe. Sus arrebatos de irritación y enfados son pasajeros, pues predomina el ccorazón y perdona las afrentas, pero si se repiten, no olviden tan fácilmente.
Correlaciona perfectamente con el tipo intuir de Jung.
Irritable, impresionable, receptivo y subjetivo, acaso versátil. Gran curiosidad. Amplias posibilidades. Huye del automatismo en todas sus formas.

Su aspecto físico:

Destaca en él la delgadez y la mirada soñadora. En su rostro se transparentan las emociones, que se advierte en agitación y movilidad.

Su carácter:

Su fuerte capacidad receptiva le lleva a sentirlo todo profundamente y por lo mismo destacan sus cualidades artísticas. Solemos ver este temperamento en músicos, escritores y poetas sobre todo. Es una persona inquieta e irritable por su propia emotividad excitable. Muy receptivo e influenciable a las presiones del medio ambiente, que le conforma y le impresiona. Suele ser subjetivo y parcial en sus puntos de vista y opiniones. Es inconstante y zarandeado por sus propias emociones. La curiosidad es importante en él, tanto para lo bueno, saber, estudiar, como para fisgonear, pudiendo considerarse esta característica entre sus virtudes y defectos. Aptitudes y posibilidades múltiples, pero con el inconveniente de que no está dotado para esfuerzos continuados y tampoco es capaz, como ya hemos dicho, de aguantar la monotonía de los automatismos en ninguna de sus formas. Es un intuitivo nato capaz de adivinar las cosas. Por eso, no solamente hay artistas, sino también adivinos y mediums entre los nerviosos.

En resumen:

Se agita inquieto, es más bien cerebral, nervioso, buscador de todo, capaz de combinar y animar. (Esto si no está en una fase negativa o pesimista, presionado por el ambiente).


El linfático:


Es no activo- no emotivo.
No se inmuta por nada.
Ni quiere, ni se esfuerza en querer. Sus movimientos son estilizados y reacciona con notoria dificultad. Enemigo de responsabilidad y de trabajos que requieren esfuerzo, vive la vida sensitiva y material y engorda fácilmente (lo contrario le sucede al nervioso, en quien el metabolismo es alto).
Su mirada es lánguida e inexpresiva. Su andar, perezoso.
No se enfada más que excepcionalmente y reviste todos sus trabajos y ocupaciones de calma.
Su parte buena está formada por la ecuanimidad, discreción y perseverancia.
Corresponde con el tipo Percibir junguiano.
Es una persona pasiva, indolente, tranquila, lenta y también con acendrado espíritu de justicia. Copia y reproduce con facilidad. Puede ser un buen instrumentista, ya que le gustan y se recrea en los automatismos.

Su aspecto físico:

Destaca por su peso, es grueso muy lleno en carnes y grasas. Por eso hay torpeza en sus movimientos lentos, que muestran la pasividad mencionada.

Su carácter:

Es una personalidad tranquila y pesada y muy lenta en todo lo que hace. Destaca por su espíritu insobornable de justicia y equidad (ole---esto es mío). Le gustan y se recrea en los automatismos y por ello puede ser un buen dibujante copista, reproductor o instrumentista musical. Es eminentemente contemplativo, que busca acomodarse a los otros. Como creativo es blanda y perezosamente perfeccionista, con minucia lenta y reiterativa. No sabe acabar, en pos de una inalcanzable perfección.

En resumen:

Lento en lo que hace, subordinable, nutritivo o amante de la buena mesa. Sensual, sexual y perezoso. Destaca en el lado positivo su tranquilidad de espíritu.


Bueno, esto es la descripción a grandes rasgos de los cuatro grandes temperamentos.
Aclararé aquí, por si es necesario, que es muy difícil, por no decir imposible, que alguien sea puro en un sólo temperamento. Lo general, lo normal, lo común, es que estén todos mezclados en diferentes grados en la personalidad. Yo por ejemplo, a pesar de tener preponderancia del bilioso, tengo en menor proporción el sanguíneo, en menor proporción el nervioso y en menor proporción (sólo un 16%) el linfático.
¿Cómo puedes saber esto?
Haciéndote una prueba grafopsicológica exhaustiva. A mí me describe, es decir: acierta con bastante precisión en cómo soy.
Decir también que el temperamento es la base, pero obviamente, supongo que no hay que aclararlo, nadie es igual a nadie, un bilioso se parecerá a otro bilioso, pero nunca serán iguales, porque cada uno tiene, a parte de un temperamento determinado, un carácter (suma de temperamento, actividad y voluntad), circunstancias vitales, educación, cultura, aspiraciones, etc., etc., etc....una lista tan larga como el Universo. Cada uno es como es, y es cuestión de cada uno conocerse a sí mismo.
Bueno. A la cuestión de ¿por qué está de moda el temperamento bilioso, y por qué, particularmente a mí, me jode tanto?

Veamos una foto de publicidad de Zara, por ejemplo. Observemos esa mirada, y la posición del cuerpo.
Observemos también cualquier publicidad de un perfume.
Vale. Son ejemplos.
Esa mirada es del bilioso.
Madre mía, solo de pensar lo que tengo que empezar a explicar, me abrumo.
Es que yo sé exactamente a lo que me refiero, pero me resulta difícil explicarlo.
Bueno, se intentará. Voy a preparme un café.
Cuando me agobio así, suelo dar una explicación corta y punto y pelota. A lo mejor lo hago.
Bueno. La dichosa moda. Si imitas, por activa y pasiva lo que no eres, quien eres?
Pues nadie. Y te piensas que sí.
Ahora bien. ¿Qué pasa cuando te encuentras con un bilioso?
Que lo lapidas.
¿Por qué?
Porque piensas: ¿de qué va este?
Pues no va de nada, tonto la polla. Es él, y punto. Y joder, que macho, parece que no puedas ni ser tú mismo porque siempre hay un gilipollas cerca que te joda.
Pues no sabéis lo que me ha costado entenderlo (hablo de años).
Y nada. Podréis pensar que me como la cabeza y tengo paranoias.
Pensad lo que queráis.
Lo mismo si. O lo mismo no, que es lo que pienso yo, pero bueno.
Ay.
Cuando me agobio, doy respuestas cortas y punto.
Estoy hasta los cojones de los que "quieren ser", en vez de conformarse, y no sólo conformarse, sino reconocerse, como lo que son. Lo mismo así viviríamos diez mil veces más tranquilos.
Odio la puta moda.
Ciao

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